Espejo

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Y el caos comienza un día en el que te miras al espejo y de repente te das cuenta que no eres quien esperabas ser, que no vas ni por la mitad del camino para serlo, que de tanto repetirte ese discurso de que los sueños se hacen realidad y todo ese cuento de unicornios y arcoíris, no te fijaste en los pasos que dabas y te perdiste en el camino. Y ahora nada tiene sentido, todo se nubla y el panorama se ve áspero y lejano.

Miras hacia tras y te enteras de que todos los pasos fueron fallidos, que la estrategia no fue la adecuada y que en algún momento perdiste el enfoque. Te miras en el espejo y no te reconoces, eres alguien nuevo, alguien que no te agrada, una persona opacada y cabizbaja, ya vez esos años de mas que anuncian el fin de la juventud, y el sentimiento de que todo ha sido desperdiciado vuelve a acechar, seguro queda mucho por hacer, pero no sabes de donde sacar las fuerzas. Como volver a creer en esa persona que ves en el espejo si ya bastante te defraudo, como confiar en que esta vez si será diferente y que no va a seguir metiendo la pata. Es incluso más difícil creer en ella de nuevo que volver a empezar. Las horas pasan y el reflejo sigue hablándote de lo mismo, cada vez lo soportas menos, te agrada menos, quisieras no volver a cruzarte con él. Porque la verdad duele, porque no estás cansado de la vida, sino de ti mismo y ante eso no hay mucho que hacer. Apartas la mirada del espejo y te marchas con esa persona a cuestas, esperando tener la valentía y la fuerza para soltarla y abandonarla en alguna parte del camino.